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En un mundo históricamente dominado por los hombres, hemos visto la creciente presencia y protagonismo de la mujer en puestos de liderazgo y emprendimiento.
Este cambio está transformando la dinámica y la cultura organizacional a nivel global. Las mujeres empresarias han demostrado habilidades y cualidades que las destaca como agentes de cambio, impulsando la innovación y un modelo de negocio más equilibrado.
En México y el resto de Latinoamérica, el ascenso de la mujer en el ámbito empresarial es cada vez más notorio. Sin embargo, aún persisten desafíos y barreras que deben superarse para consolidar el liderazgo femenino.
Aunque América Latina y el Caribe se posiciona como la región más emprendedora del mundo, continúa habiendo importantes brechas de género.
De acuerdo con el Global Gender Gap Index, la disparidad entre géneros en la región se sitúa en un 74.3%. Y en 2023, México se posicionó en el lugar 33 de 155 países, con una brecha del 76.5%.
Sin embargo, el INEGI reporta que las empresarias mexicanas aportan el 49% a la economía, pero solo un 19% de los emprendedores en el país son mujeres, y una gran parte, el 26%, opera en la informalidad.
Estos datos reflejan la necesidad de generar condiciones que favorezcan el desarrollo empresarial femenino y su integración en la economía formal.
La promoción de diversidad e inclusión en el ámbito laboral son elementos que crean un ambiente más equitativo y fortalece a las organizaciones, sumándoles perspectivas diversas. Algunos de los factores clave son:
Son políticas que buscan eliminar prejuicios y crear una cultura donde todos los empleados, sin importar su género, puedan desarrollar sus capacidades al máximo.
Permiten que las mujeres puedan equilibrar mejor su vida laboral y personal, un aspecto que ha representado un reto dentro de la sociedad mexicana.
Les permite fortalecer habilidades de liderazgo, crear redes de apoyo y aumentar conocimientos que acelere su crecimiento dentro de la empresa.
La percepción sobre el rol de las mujeres ha dado un paso hacia una mayor aceptación en puestos de liderazgo y valoración de sus habilidades. Procurar este cambio de mentalidad fomenta un ambiente donde el talento y el mérito son los únicos factores determinantes para el crecimiento profesional.
Cuando los líderes y directivos están comprometidos, logran influir en toda la estructura de la organización. Se traduce en políticas y prácticas internas que apoyan a las mujeres en su crecimiento, reduciendo las barreras para alcanzar roles de liderazgo.
Brindan un espacio donde pueden intercambiar experiencias, desafíos y consejos, y son clave para fortalecer la confianza y el sentido de pertenencia.
El 33% de mujeres latinoamericanas quieren emprender, pero se enfrentan a una serie de desafíos para lograrlo. A pesar de los avances en equidad, los obstáculos persisten y afectan el crecimiento de las empresarias.
Uno de los mayores obstáculos de las emprendedoras es el financiamiento. Según un comunicado de Visa, el 70% de las pymes fundadas por mujeres en América Latina enfrenta problemas para conseguir créditos y capitales.
Además, las empresas fundadas por hombres suelen recibir más del doble de financiamiento que aquellas creadas por mujeres. Esta diferencia de acceso a recursos limita el potencial de desarrollo de los negocios liderados por mujeres, quienes deben enfrentar barreras adicionales para consolidar sus proyectos.
Las expectativas sociales y culturales en torno a los roles de género siguen siendo un desafío significativo para las mujeres emprendedoras. En México, el 67% de las mujeres emprendedoras afirma que equilibrar el trabajo con las responsabilidades familiares es uno de los principales retos al iniciar un negocio, mientras que solo el 52% de los hombres ven este aspecto como una dificultad.
Juana Ramírez, presidenta de la Asociación de Emprendedores de México, menciona que la “cultura del cuidado” tiende a recaer sobre las mujeres, quienes se ven obligadas a emprender en los espacios de tiempo que les quedan después de atender las responsabilidades del hogar. Este factor limita las oportunidades para que las mujeres dediquen tiempo y energía al crecimiento de sus empresas.
La brecha salarial es una de las razones principales que impulsa a las mujeres a emprender, buscando en sus propios negocios una forma de obtener mayores ingresos y mejorar su calidad de vida. En México, la brecha es del 11% en promedio a nivel nacional, de forma que muchas mujeres no reciben un salario proporcional a su trabajo en el ámbito corporativo.
Por eso, el 35.2% de emprendedoras deciden abrir su empresa por falta de un empleo bien remunerado o la necesidad de generar ingresos adicionales. A través del emprendimiento encuentran una vía para compensar la inequidad salarial y obtener una mayor estabilidad financiera.
Las empresarias exitosas no son solo definidas por su capacidad de liderazgo, existen una serie de características adicionales que las distinguen:
El liderazgo femenino en México se caracteriza por un fuerte compromiso con la inclusión y diversidad, promoviendo ambientes más equitativos que mejoran la dinámica del equipo, beneficiando la rentabilidad y sostenibilidad de la empresa.
El enfoque inclusivo permite aprovechar diferentes puntos de vista, fomentando una cultura organizacional abierta y colaborativa. Además, valoran y promueven el trabajo en equipo, adoptando un liderazgo orientado a la colaboración, facilitando la comunicación dentro de los equipos.
Otra característica destacable es la orientación hacia la responsabilidad social y la ética empresarial, fortaleciendo la relación de la empresa con la comunidad y los clientes, y aportando una imagen positiva al negocio.
Finalmente, muchas mujeres de negocios han desarrollado una gran capacidad de innovación y creatividad, necesarias para enfrentar desafíos como el acceso a financiamiento. La habilidad para encontrar soluciones originales a problemas comunes les permite destacarse y mantener una ventaja competitiva.
La inteligencia emocional y la empatía se han convertido en competencias fundamentales que favorecen al ambiente de trabajo.
Las empresarias que desarrollan estas habilidades pueden manejar conflictos de forma más efectiva, entendiendo las emociones y preocupaciones de su equipo, creando un entorno de respeto.
Mientras que la empatía les permite construir relaciones laborales más sólidas y saludables, incrementando el compromiso de sus equipos. Esto se refleja en un ambiente positivo y motivador, donde los colaboradores se sienten valorados, contribuyendo a su satisfacción laboral y productividad, y reduciendo la rotación de personal.
Por otro lado, la inteligencia emocional les permite tomar decisiones que no solo consideran la lógica y los resultados, sino también el bienestar de los empleados, humanizando las decisiones.
Algunas preguntas que pueden guiar y enfocar la trayectoria hacia el éxito son:
En México, las mujeres ejecutivas han demostrado su capacidad para gestionar grandes compañías e impactar positivamente en sus comunidades. Dos figuras destacadas son:
Es una de las figuras clave en México en el ámbito del emprendimiento femenino. Fundó Victoria147, la primera organización en el país enfocada en el desarrollo empresarial para mujeres.
García ha creado un espacio dedicado a capacitar, asesorar y conectar a mujeres emprendedoras con el fin de impulsar su crecimiento y éxito en el mundo de los negocios. Ha brindado formación y mentoría a miles de mujeres, ayudándolas a estructurar y escalar sus negocios de forma sólida.
Victoria147 ha implementado programas de capacitación, networking y asesoría, convirtiendo a la organización en un referente en el ecosistema emprendedor de México y Latinoamérica. Ana Victoria ha sido reconocida por su labor en pro del emprendimiento femenino, y su impacto se ve reflejado en la creación de una comunidad de mujeres que han encontrado las herramientas e inspiración para alcanzar sus metas empresariales.
Marisa Lazo es otra empresaria mexicana que ha dejado huella en la industria de alimentos. Inició su negocio “Marisa” en Guadalajara y en pocos años lo convirtió en una de las marcas de pastelería más reconocidas del país, con más de 90 sucursales a lo largo de la República.
Más allá de su éxito empresarial, Lazo es conocida por su compromiso social y enfoque en la responsabilidad corporativa. A través de la Fundación Marisa, ha impulsado iniciativas que promueven la educación y el desarrollo de comunidades vulnerables. Además, ha sido una promotora de la equidad de género, ofreciendo oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional a mujeres dentro de su empresa.
En América Latina, donde el emprendimiento se ha convertido en una vía para innovar y contribuir al desarrollo económico, el papel de las empresarias es cada vez más notable.
Moschini es una empresaria argentina y una de las voces más influyentes en América Latina en temas de tecnología y empoderamiento femenino. Ha revolucionado el ámbito laboral al crear plataformas tecnológicas que facilitan el trabajo remoto y promueven la inclusión de talento femenino en el mercado global.
Además, Silvina Moschini es la primera empresaria latinoamericana en liderar una compañía unicornio (empresa valorada en más de mil millones de dólares) en el ámbito del trabajo remoto.
Junto a su esposo, Beatriz Fernández cofundó Crepes & Waffles, una de las cadenas de restaurantes más reconocidas en América Latina. Empezó como un pequeño restaurante y se ha convertido en una marca emblemática, con más de 200 locales en varios países de la región, incluyendo Ecuador, Perú y México.
Fernández se ha destacado por su enfoque en la inclusión social y laboral. Crepes & Waffles es conocida por contratar en su mayoría a mujeres, muchas de ellas madres cabeza de familia, brindándoles oportunidades de empleo y desarrollo personal. La visión de Beatriz Fernández va más allá de la rentabilidad y su liderazgo está marcado por valores como la equidad, la calidad y el respeto.
La inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo aporta una diversidad de perspectivas que fomenta la creatividad, la innovación y la toma de decisiones más equilibradas. Las empresas con una mentalidad inclusiva suelen ser más adaptables, siendo capaces de abordar los problemas desde diferentes puntos de vista.
Al estar más sensibilizadas en cuestiones de equidad, las líderes promueven entornos laborales que respetan la diversidad, no solo de género, sino también de raza, orientación sexual y capacidades.
Diversos estudios han demostrado que las empresas con mujeres en posiciones de liderazgo tienen un rendimiento superior en comparación con aquellas que no las incluyen en roles ejecutivos.
Se le puede atribuir a que las líderes son más colaborativas y orientadas a la construcción de relaciones sólidas, creando redes comerciales duraderas y contribuyendo a la expansión de oportunidades de negocio.
Además, las empresarias tienden a tener una mayor capacidad para gestionar los recursos de manera eficiente, priorizando inversiones estratégicas que no solo favorecen el crecimiento a corto plazo, sino que también aseguran la estabilidad y sostenibilidad a largo plazo.
La comunicación y empatía del liderazgo femenino facilita la creación de estratégicas que consideran el beneficio económico y las necesidades de empleados y clientes. El enfoque holístico les permite gestionar crisis de manera más eficaz.
Adicional, los equipos de liderazgo que incluyen mujeres generan soluciones más originales y suelen estar más dispuestos a considerar nuevas ideas, clave en un entorno de negocios competitivo. La variedad de perspectivas que aportan ayuda a prever posibles riesgos y oportunidades que podrían ser pasados por alto.
En general, el enfoque inclusivo en la toma de decisiones permite crear modelos de negocio más resilientes, innovadores y sostenibles.
Conmemorar el Día Internacional de la Mujer en las empresas va más allá de una celebración; se trata de reconocer la lucha histórica de las mujeres por la igualdad de derechos y la equidad de oportunidades en todos los ámbitos, incluyendo el laboral. Es una oportunidad para reflexionar sobre los retos que enfrentan las mujeres y promover una cultura de respeto en la que se valore el talento femenino en condiciones igualitarias.
Para muchas mujeres, el Día de la Mujer es un recordatorio de las conquistas y los sacrificios realizados por generaciones anteriores que han luchado por derechos básicos laborales. Aunque se han dado pasos importantes, aún persisten las desigualdades de género en temas como el salario y el acceso a cargos estratégicos. Muchas mujeres en México y el mundo siguen percibiendo menos salario que sus colegas hombres por el mismo puesto, subrayando la necesidad de seguir trabajando en pro de la equidad.
Las empresas pueden organizar actividades que promuevan la concientización en el lugar de trabajo:
Conmemorar el Día de la Mujer en el ámbito laboral fortalece a las empresas, creando conciencia sobre la importancia de garantizar que las mujeres alcancen las mismas oportunidades laborales para construir organizaciones más justas y sociedades más equitativas.
Si estás buscando consejos clave para emprendedoras, a continuación, te compartimos 6 para que puedas impulsar tu crecimiento:
Enfócate en fortalecer habilidades como la toma de decisiones, la gestión de equipos y la planificación estratégica. Aprovecha cursos en línea, libros y talleres para adquirir conocimientos prácticos en estas áreas, lo cual es esencial para dirigir un negocio con éxito.
Usa herramientas de gestión empresarial, como un sistema de nómina en línea, sistemas de contabilidad y plataformas de análisis para optimizar tus procesos y aumentar la eficiencia. Contar con un software adecuado no solo facilitará tu operación diaria, sino que mejorará la toma de decisiones estratégicas.
Participa en eventos, foros de emprendimientos y comunidades empresariales para compartir experiencias, encontrar mentores o mentoras y establecer alianzas estratégicas que abran las puertas a nuevas oportunidades.
Existen organizaciones y programas dedicados a apoyar a las empresarias, tanto a nivel nacional como internacional. Ejemplos incluyen Victoria147 y Conectadas, así como el Fondo de Financiamiento de la ONU para Mujeres Empresarias. Estos recursos ofrecen mentoría, capacitación y, en algunos casos, financiamiento para emprendimientos liderados por mujeres.
Construir una marca personal sólida ayuda a construir la credibilidad y visibilidad en el mercado. Las redes sociales y una estrategia de marketing de contenido bien planificada pueden ayudarte a transmitir los valores de tu empresa y tu historia como líder.
Cursos en línea, certificaciones y conferencias de negocios permiten adquirir conocimientos actualizados, adaptarse a los cambios y mantener la competitividad.
Uno de los principales retos es cerrar la brecha de género en el acceso a cargos de liderazgo, aunque cada vez más mujeres ocupan puestos ejecutivos, persisten las desigualdades en términos de representación en las juntas directivas y los puestos de alta dirección, así como en la remuneración.
Las empresas tienen la responsabilidad de implementar políticas de equidad salarial y promoción profesional para que las mujeres alcancen el mismo potencial que sus colegas masculinos.
La creciente demanda de responsabilidad social en las empresas representa una oportunidad para que las líderes, con su capacidad de empatía y visión de liderazgo holística, sean una fuerza impulsora para promover modelos de negocio más responsables y conscientes.
Asimismo, el avance tecnológico y la digitalización están creando un espacio favorable para que las emprendedoras innoven en sectores emergentes. Las que logren adaptarse y aprovechar estos avances podrán posicionarse como pioneras en nuevas industrias y abrir camino a modelos empresariales más inclusivos.
El futuro del liderazgo femenino depende de una combinación de esfuerzos colectivos y políticas de apoyo para crear un ambiente donde tengan las mismas oportunidades para destacar, innovar y liderar en sus sectores.
Las empresarias y líderes están cada vez más comprometidas con un enfoque que equilibre la rentabilidad con impacto social y sostenibilidad ambiental. Muchas mujeres que han alcanzado posiciones de liderazgo han mostrado un interés particular en desarrollar modelos de negocio que no solo generen ganancias, sino que también contribuyan a resolver problemas ambientales y sociales.
Dicho enfoque más humanista y orientado al bienestar colectivo refleja la capacidad de las mujeres para replantear lo que significa dirigir una empresa en el siglo XXI. Y, opciones tecnológicas como las que ofrecemos en Siigo Aspel, les provee herramientas para optimizar sus actividades de gestión diarias, mientras que reducen el impacto ambiental gracias a la digitalización.
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