En las actividades cotidianas de una empresa, bodega y almacén son dos conceptos que se suelen utilizar como si significaran lo mismo. Aunque ambos son espacios destinados al almacenamiento de productos y materias primas, hay diferencias en su operatividad interna que los convierte en elementos distintos dentro de la cadena de producción. Te invitamos a conocer estas diferencias para que les saques el mejor provecho y manejes tus recursos de manera óptima.
En general, el término bodega es utilizado para nombrar a un lugar destinado al almacenamiento de productos comestibles. En la definición ofrecida por el diccionario de la Real Academia Española, se describe a la bodega como un espacio para:
Como podemos ver, el concepto tradicional de bodega está estrechamente relacionado con alimentos, pero no con productos manufacturados. Esta es una característica fundamental al momento de establecer la diferencia entre bodega y almacén.
Ahora bien, es posible encontrar sitios denominados como bodegas, que son destinados al almacenamiento de artículos terminados y materias primas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dentro de estos espacios no existe ningún tipo de proceso organizativo; esto porque la bodega no se considera como parte de una cadena de abastecimiento o aprovisionamiento. Su única función es guardar y proteger los productos.
Como lo vimos anteriormente, una bodega puede cumplir su labor sin que dentro de ella se organicen o clasifiquen los elementos. El almacén, por el contrario, necesita unos procesos operativos mejor establecidos, ya que está planificado y constituido para:
Además de requerir un espacio físico para operar dentro de una empresa, un almacén necesita de equipos de almacenamiento y recursos humanos que los manipulen.
Cuando se tiene claridad sobre cuáles son las necesidades de producción de cada negocio, se puede establecer la forma ideal de organizar y administrar los inventarios y, por consiguiente, los almacenes.
Por esta razón, es fundamental que cada negocio haga un ejercicio de autoevaluación y genere una política de inventario que sea funcional, sencilla y coherente con sus recursos. Como sabemos, el inventario es el insumo más importante dentro de una empresa; entre mejor se organice y se sincronice su funcionamiento con las demás áreas de tu negocio, mayor será tu productividad.
Para conocer más te invitamos a leer: ¿Qué es una política de inventario?
Teniendo en cuenta lo dicho hasta ahora, se puede afirmar que una política de inventarios bien elaborada puede aclarar las labores a desempeñar en cada momento del proceso productivo. En el caso de un almacén, las funciones que cumple y las actividades que se desarrollan dentro de él son las siguientes:
Ahora que ya sabes si para tu negocio aplica el concepto de bodega o almacén, es importante que conozcas los tipos de almacenes que existen y cuáles son sus características.
Como su nombre lo indica, este almacén es utilizado para resguardar las materias primas (también llamadas partes componentes), para posteriormente despacharlas a las zonas de producción. Un ejemplo del tipo de elemento que se puede albergar este almacén, es la leche utilizada para la producción de yogurt.
En este espacio se depositan aquellos materiales que no forman parte directamente de la fabricación del producto, pero que son necesarios para su terminación; por ejemplo, los envases y etiquetas para empacar yogurt.
Aquí se guardan productos que no han sido terminados, porque se requiere de tiempo para su preparación o maduración.
Este tipo de almacén tiene una estrecha relación con el departamento de ventas, ya que en él se organiza el inventario del que se dispone para atender la demanda de los clientes.
Allí se guardan las herramientas que se pueden necesitar en cualquier área de la empresa para ayudar con su mantenimiento.
Estos son los elementos que no han pasado el control de calidad, por lo que no se pueden utilizar y deben ser desechados.
Cuando un producto se retira de la venta por baja demanda, caducidad, deterioro o descomposición, es llevado a un almacén especializado para evitar que tenga contacto con los productos que sí son aptos para la venta.
En este lugar se reclasifican los productos que han sido devueltos por los clientes, para decidir si deben ser movidos al almacén de productos terminados o al almacén de desperdicios.
En conclusión, las bodegas y los almacenes son espacios físicos adecuados para:
Sin embargo, las bodegas solo se limitan a cumplir con las labores descritas anteriormente. En cambio, el encargado de un almacén debe además ejercer control sobre las existencias físicas del inventario, para categorizar y tener una información más detallada.
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La conexión entre el almacén y los demás departamentos de tu empresa debe ser muy eficiente, para que este espacio funcione de la menor manera. Por eso lo ideal es que implementes un sistema de gestión de inventarios.
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Escrito por Adriana Carolina Leal
Soy Periodista de la Universidad del Rosario. Tengo experiencia en redacción para medios impresos, digitales y televisivos. Me apasiona el tango, la investigación y la realización audiovisual. Soy una Blogger dedicada a mejorar la vida de contadores, empresarios y estudiantes, escribiendo sobre los temas más actuales que les pueden interesar.
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