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La mejor forma de atraer y fidelizar colaboradores comprometidos es brindarles un ambiente laboral sano, con una cultura que los impulse y les garantice condiciones de trabajo digno; por lo que el primer paso está en la elaboración de contratos con cláusulas y funciones debidamente definidas que les permita tener claridad de su rol.
Pensando en eso, creamos este artículo en el que sabrás todo lo necesario sobre los contratos y cuál debes aplicar conforme a tus objetivos. Sigue leyendo y descúbrelo.
Los contratos laborales son acuerdos entre un trabajador y un empleador, que establecen las condiciones y obligaciones de la relación de trabajo. En Colombia, los contratos laborales están regulados por el Código Sustantivo del Trabajo (CST) y otras leyes complementarias.
El Ministerio de Trabajo establece seis tipos diferentes de contrato de trabajo; según la duración, la forma y el objeto de la vinculación. A continuación, te presentamos los principales tipos de contratos laborales y sus características.
Este tipo de contrato es aquel que se celebra para realizar una tarea específica y determinada, cuya duración depende del tiempo que se requiera para su ejecución. Este tipo de contrato debe ser siempre por escrito e indicar claramente el objeto y las condiciones del mismo.
El contrato por obra o labor puede ser directo con la empresa o a través de una empresa de servicios temporales, en donde el colaborador tiene derecho a todas las prestaciones sociales establecidas por la ley, pero no tiene derecho a indemnización por terminación del contrato, salvo que se demuestre que hubo despido injustificado
El contrato de prestación de servicios profesionales es un tipo de contrato civil o comercial que se celebra entre una persona natural que posee una calificación profesional o técnica y una persona natural o jurídica que requiere sus servicios. Este tipo de contrato tiene como objeto la realización de una actividad intelectual o especializada, sin que exista subordinación ni dependencia entre las partes.
El contratista es responsable de cumplir con sus obligaciones tributarias y con el pago de sus propios aportes al sistema general de seguridad social; por su parte, el contratante solo debe pagar el valor acordado por los servicios prestados y verificar el cumplimiento de las obligaciones del contratista.
El contrato a término fijo es aquel que tiene una fecha definida de inicio y de finalización la cual no puede ser inferior a un año ni superior a tres. Este tipo de contrato debe ser siempre por escrito y se renueva con una antelación mínima de 30 días antes de su vencimiento. Si no se renueva, se entiende que termina por expiración del plazo pactado.
Este tipo de contrato puede ser directo con la empresa o a través de una temporal; por su parte, el trabajador tiene derecho a todas las prestaciones sociales establecidas por la ley, como prima de servicios, cesantías, vacaciones, etc.
Es aquel que no tiene una fecha determinada de finalización, sino que se extiende hasta que alguna de las partes decida terminarlo. Este tipo de contrato puede ser verbal o escrito, pero te recomendamos hacerlo por escrito para evitar confusiones o malentendidos.
El contrato a término indefinido puede terminarse por decisión del trabajador, por decisión del empleador con o sin justa causa, o por el cumplimiento de la edad de pensión. En caso de terminación unilateral sin justa causa, se debe pagar una indemnización al colaborador, según lo establecido en el artículo 64 del CST.
Así las cosas, el trabajador tiene derecho a todas las prestaciones sociales establecidas por la ley, así como a la estabilidad laboral reforzada en caso de pertenecer a algún grupo de especial protección, como mujeres embarazadas, personas con discapacidad, etc.
El contrato de aprendizaje es aquel que se celebra entre una empresa y una persona que desea adquirir formación teórica y práctica en una actividad u oficio. Este tipo de contrato tiene como objetivo facilitar el acceso al mercado laboral y promover la capacitación profesional.
Tiene una duración máxima de dos años y debe estar vinculado a un programa de formación avalado por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) o por una institución educativa autorizada. El aprendiz recibe un apoyo de sostenimiento equivalente al 75% del salario mínimo legal vigente y tiene derecho al pago de los aportes al sistema general de seguridad social en salud.
Este contrato se da entre dos personas naturales o jurídicas para realizar una actividad económica lícita y determinada, sin que exista subordinación ni dependencia entre las partes. Además, no genera una relación laboral, sino una relación contractual.
Por lo que el contratista es responsable de cumplir con sus obligaciones tributarias y con el pago de sus propios aportes al sistema general de seguridad social. El contratante solo debe pagar el valor acordado por los servicios prestados y verificar el cumplimiento de las obligaciones del contratista.
En conclusión, los contratos laborales son instrumentos legales que permiten formalizar la relación entre un trabajador y un empleador, así como establecer los derechos y deberes de cada parte. En Colombia, existen diferentes tipos de contratos laborales, según la duración, la forma y el objeto de la vinculación. Es importante conocer las características y beneficios de cada contrato, para elegir el más adecuado según las necesidades y expectativas de cada caso.
Has llegado al final, esperamos que esta información sea de ayuda para ti y ahora que sabes la importancia de los contratos en el ámbito profesional, te rijas al que mejor se adapte a las necesidades y objetivos de tu empresa. Recuerda que es Siigo tenemos las mejores soluciones para impulsar tu gestión y respaldarte en todas las áreas y procesos de tu negocio. Visita nuestro sitio web y recibe tu asesoría gratis.
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